Eres templo de Dios. Dios habita en ti.
No te perteneces. Eres de Dios.
Posesión santa y gozoza de Señor. Glóriate en Él!
El Espíritu derrama su perfume de amor dentro de ti, y te embalsama de divinidad.
Gózate de Su presencia.
Edifica tu vida sobre el fundamento de Cristo y tu casa irradiará luz gozoza de resurrección.
No es esto un sueño, una ilusión, una locura?
Y si descubres en tus hermanos lo que crees y admiras en ti, no se vuelve el mundo una utopía?
Eres de Cristo y Cristo es de Dios. Dignifícate en El Señor!
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