domingo, 8 de noviembre de 2009

Nuestra Señora de Coromoto


A la llegada de los españoles a la región de Guanare, hacia 1591, un grupo de indígenas de la tribu de los Coromotos decide abandonar su tierra y huir hacia el río Tucupido, porque no quieren nada con los blancos ni con la religión que ellos traen.
Cincuenta años después los indios, que siguen sin convertirse al Evangelio, viven en un poblado no muy distante de la villa de los españoles; ambos grupos viven en armonía pero permanecen aislados entre sí.

Estando así las cosas, una mañana del año 1651, el cacique de los Coromotos, junto con su esposa, contempla asombrado una extraordinaria visión. En la quebrada del río Tucupido, sobre la corriente de las aguas, una hermosa señora los está mirando con una amable expresión en su rostro; el pequeño niño que lleva en sus brazos también les sonríe plácidamente. La misteriosa señora llama al cacique y le ordena: "Sal del bosque junto con los tuyos y ve donde los blancos para que reciban el agua sobre la cabeza y puedan entrar en el cielo".
El cacique impresionado por lo que ha visto y oído, decide obedecer a la bella señora y marcha con su tribu para ser instruido en la religión cristiana. Sin embargo, el indio, acostumbrado a la libertad de los bosques, no puede adaptarse al nuevo régimen de vida y junto con su familia, se vuelve a su aldea en la selva. La señora se le aparece nuevamente, esta vez en la modesta choza del indio; y aunque la Virgen se presenta rodeada de un aura luminosa cuyos rayos inundan de fuego todo el bohío, no logra conmover al cacique que, enojado, trata de echarla y hasta llega a tomar sus armas con la clara intención de amenazar a la amable señora. Siempre sonriente, la Virgen avanza suavemente hacia el cacique y cuando éste extiende con ira su mano para atraparla, ella desaparece ante su vista. En ell puño cerrado del indio Coromoto quedo una pequeña estampa en la que ha quedado impresa la imagen de la Señora.
La Virgen de Coromoto es una diminuta reliquia que mide 27 milímetros de alto por 22 ancho. El material de la estampa pudiera ser pergamino o papel de seda; La Virgen aparece pintada de medio cuerpo, está sentada y sostiene al niño Jesús en su regazo. Su apariencia es de ser con una fina pluma, trazada como un retrato en tinta china a base de rayas y puntos.
La Virgen y el Niño miran de frente; erguidas sus cabezas coronadas. Dos columnas unidas entre sí por un arco forman el respaldo del trono que los sostiene. La Virgen cubre sus hombros con un manto carmesí con oscuros reflejos morados. Un blanco velo cae simétricamente sobre sus cabellos cubriéndolos devotamente.
La túnica de la Virgen es de color pajizo y la del Niño es blanca como su velo.
La imagen se muestra a la veneración de los fieles protegida dentro de una riquísima custodia. El 7 de octubre de 1944, a petición de los obispos de la nación, el Papa Pío XII la declaró, "Patrona de la Republica de Venezuela" y su coronación canónica se celebró al cumplirse los tres siglos de la aparición, el 11 de septiembre de 1952.
El Exmo., Sr. Cardenal Arzobispo de La Habana, Manuel Arteaga y Betancourt, coronó la sagrada imagen de Nuestra Señora de Coromoto en representación del Papa Pio XII. Los venezolanos celebramos a nuestra Patrona en tres ocasiones cada año, el 2 de febrero y el 8 y 11 de septiembre. El Santuario Nacional de la Virgen de Coromoto, lugar de encuentro de grandes peregrinaciones, fue declarado Basílica por Su Santidad el Papa Pío XII el 24 de mayo de 1949.
Hubo otra fiesta de otra coronación, en la primera visita del Papa Juan Pablo II, el 27 de enero de 1985. En la celebración de la eucaristía celebrada ese día en Montalbán, Caracas, ante la mayor concentración humana que había conocido el país, fue bendecida y coronada por él la imagen de Nuestra Señora de Coromoto.
El 8 de septiembre del año 2002 se cumplieron 350 años de la aparición de la Virgen de Coromoto y 60 años de su proclamación como Patrona de Venezuela. el 11 de septiembre de ese mismo año se celebraron los 50 años de su coronación canónica como Reina y Señora de esta patria.
La Conferencia Episcopal Venezolana decretó el inicio del Año Jubilar Coromotano, a partir del 8 de septiembre de 2002, la peregrinación de la Virgen por todo el país comenzó el 13 de septiembre de 2003.

Oración

Virgen María, en tu advocación de Coromoto, y como Patrona de Venezuela te rogamos: acércanos a Dios y concédenos la fortaleza que necesitamos para recibir tu amor al rezarte con nuestro corazón.
Permítenos transmitir nuestros sentimientos de paz y alegría cuando pensamos en ti. Concédenos la gracia de ayudar a otros al implorarte algo especial.
Te suplicamos, Virgen María, Madre de Coromoto, que eleves nuestras oraciones al Señor, pues Él siempre te escucha porque tú lo conmueves con tu humildad.
Protégenos a todos los habitantes de Venezuela, pues estamos contigo y nunca nos separaremos. La mano de Dios bendijo a tus hijos dotándolos de riqueza material y espiritual con amor.
Hoy, Madre querida, en que estamos enfrentando una crisis social, económica y de fe, te rogamos nos ayudes a superar todas estas dificultades. Madre de Coromoto no nos abandones, permanece con nosotros, intercede ante tu hijo Jesús para que imperen la libertad, la justicia, el amor y la paz en esta tierra que tanto te ama.
Bendícenos como lo hiciste con Coromoto.
Gracias Madre de misericordia, de dulzura y esperanza.
¡En ti confiamos!
Amén.

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